"Quien no sirve para servir, no sirve para vivir"
El que tiene a Dios en su corazón, desborda de alegría. La tristeza, el abatimiento, conducen a la pereza, al desgano. Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el cristianismo. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios. Pero para eso debemos estar convencidos de eso. Superemos siempre el desaliento... nada de esto tiene sentido si comprendemos la ternura del amor de Dios. La alegría del Señor es nuestra fuerza. Todos nosotros, si tenemos a Jesús dentro nuestro, llevamos la alegría como novedad al mundo. La alegría es oración, la señal de nuestra generosidad, de nuestro desprendimiento y de nuestra unión interior con Dios. Cuando nos ocupamos del enfermo y del necesitado, estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo y este contacto se torna heroico; nos olvidamos de la repugnancia que hay en todos nosotros. Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza. Qué descuido podremos tener en el amor? tal vez en nuestra propia familia haya alguien que se sienta solo, alguien que este viviendo una pesadilla, alguien que se muerde de angustia, y estos son indudablemente momentos bien difíciles para cualquiera. El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio. Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos. Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
1 comentario:
Beata Teresa;
En este tiempo de Cuaresma, ruega a la DIVINA MISERICORDIA DE DIOS, por tantas almas que deben abondonar este mundo en forma repentina y violenta. Trabaja ahora Madre Teresa, desde el cielo, viniendo a compañar a esas almas que quizas no estaban preparadas aún para partir....
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