A muchos otros "LAPICES DE DIOS" diseminados por el mundo, anónimos servidores de Dios que como Santa Teresa de Calcuta nos enseñan a imitar el Espíritu de Jesús. Dedico este espacio al Padre Osvaldo Ramirez, sacerdote escolapio, que me enseñó -en medio de mis cruces- que podemos ser "amigos de la Cruz" sirviendo a Dios, pues no hay privilegio mas hermoso para un verdadero cristiano. No solo basta decir:-"Yo Creo", mas bien hay que demostrarlo en los valores de la caridad, el servicio, la oración, la confianza y la misericordia de Dios...
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LA FUERZA DE LA ORACION


..."Te he esculpido en la palma de mi mano..."


Cada vez que decimos el Padre nuestro, Dios mira sus manos donde que nos ha plasmado: mira Sus Manos y nos ve en ellas. Qué maravillosos son la ternura y el amor de Dios!

La oración ensancha el corazón, hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios. Sin Él, no podemos nada. Las palabras que no procuran la luz de Cristo no hacen más que aumentar en nosotros la oscuridad y la confusión.

Orar a Cristo es amarlo y amarlo significa cumplir sus palabras. La oración significa para mí la posibilidad de unirme a Cristo las 24 horas del día para vivir con Él, en Él y para Él.

Si oramos, creemos. Si creemos, amamos. Si amamos, servimos.

Oren sencillamente como los niños, movidos por un fuerte deseo de amar mucho y de convertir en objeto de propio amor a aquellos que no son amados, conscientes de nuestra unión con Cristo, así como El tenía conciencia de ser uno con el Padre.

Nuestra actividad no será completa si no le permitimos a Dios obrar en nosotros, gracias a su poder, a sus planes y a su amor. "En El vivimos, nos movemos y existimos".

La plegaria perfecta consiste en el fervor del deseo que eleva los corazones hasta Jesús. Nunca debiéramos ceder a la costumbre de aplazar nuestra oración, sino hacerla con la comunidad.

Nuestras acciones sólo pueden producir reales frutos, cuando son expresión verdadera de una plegaria sincera. Dios se compadece de la debilidad pero no quiere el desánimo. La oración ensancha el corazón delicado hasta el punto de estar en condiciones de acoger el don de Dios.

La oración que brota de nuestra mente y de nuestro corazón y que recitamos sin necesidad de leer en ningún libro se llama oración mental y es una gran aliada de la pureza de alma.

Sólo por medio de la oración mental podemos cultivar el don de la oración. Si a ustedes les resulta difícil orar, rueguen insistentemente: "¡Jesús ven a mi corazón, quédate dentro de mí y reza conmigo, enséñame a orar".

Una plegaria que brota del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios! Lo único que Jesús nos pide en todo momento es que nos entreguemos absolutamente a Él, que confiemos en Él plenamente, renunciando a nuestros deseos para cumplir con el camino que nos va trazando.

No es necesario que veamos claro si vamos progresando o no en el camino de la santidad. Lo importante es ir caminando en el Señor.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

que oracion mas linda .
me dio vida me dio fuerzas y sobre todo fe en mi señor jesus .

gracias por publicar esto .

Anónimo dijo...

La Oración es la fortaleza de la fe en Dios, es esa Roca que tantas veces se menciona en los textos biblicos.
La Oración hace brillar el Almna y alli se aloja. No permitamos que nada ni nadie nos la quite.
Mil gracias por por permitir enviar mi comentario y que Dios los bendiga.

Anónimo dijo...

Jesus es nuestro amigo, nuestro pilar, nuestra guia, yo en lo personal he tenido varios acontecimientos desagradables y tiempo despues me he dado cuenta de que jesus y nuestro dios misericordioso estan siempre con nosotros solo que a veces no nos damos cuenta. Oremos con dios y para dios seamos felices con el y hagamos el bien a nuestro projimo

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